En el corazón del barrio Marroquín I, ubicado en la Comuna 14 del Distrito de Aguablanca en Cali, la Fundación Nuevo Comienzo ha sembrado una semilla de esperanza a través de su Comedor Comunitario. En una zona marcada por múltiples desafíos como la violencia, el desplazamiento y la pobreza, surge este espacio que, más allá de brindar alimento, nutre el alma y el espíritu de una comunidad que merece crecer en amor y bienestar.

El comedor comunitario se ha convertido en un refugio de vida, donde niños, niñas, adolescentes y jóvenes reciben no solo una alimentación adecuada, sino también el cariño y apoyo de una comunidad que está aprendiendo a transformar su realidad. La Fundación Nuevo Comienzo ha logrado sensibilizar a las familias sobre la importancia de llevar una vida saludable, promoviendo hábitos de nutrición balanceada, actividad física, recreación y la práctica de valores que fomentan un desarrollo integral.

Nuestra misión no se detiene en la satisfacción de necesidades inmediatas; aspiramos a algo más grande. A través de la movilización comunitaria y la sensibilización, buscamos empoderar a las familias del sector, ayudándolas a descubrir su potencial, fortaleciendo su autoestima y guiándolas hacia la autosuficiencia. Creemos en la capacidad de cada miembro de la comunidad para ser agentes de cambio, capaces de transformar su entorno y generar un impacto positivo para las futuras generaciones.

Este esfuerzo no ha sido en solitario. Gracias a la colaboración inicial del Banco Arquidiocesano y el compromiso constante de la comunidad, hemos logrado mejorar la nutrición de un 80% de las personas vinculadas a la Fundación, beneficiando a alrededor de 200 personas cada año. Un aspecto crucial ha sido la organización de las madres de los niños y jóvenes que asisten al comedor, quienes han formado grupos de apoyo para preparar los alimentos con dedicación y amor, contribuyendo activamente al bienestar de sus hijos y fortaleciendo los lazos comunitarios.